miércoles, 21 de julio de 2010

HUBO UN DÌA

Atravesaba la ciudad evitando que el sol, se apoyara sobre mi piel.Daba la impresiòn, de estar viviendo en una ciudad abandonada, en el centro de Arizona, o en una metròpoli del futuro.
Un silencio total envolvìa mis pasos.Ni un alma transitando la zona.plena siesta.Quizàs se podìan hallar en la costa; o intentado dormitar, o en ùltimo de los casos,sentados a la sombra de algùn Ceibo,Sauce o cualquier otra especie de arboles, de los que abundan en esta zona rivereña, esperando que pasen esas horas abrumadoras.
Estoy casi segura que la mayorìa de las ideas de la gente convergìan en esta ocasiòn en aire y lluvia, que resfrescara ¡por favor!.
Embuida en estos pensamientos seguìa mi camino. Lentamente, despacio.Debìa llegar.Asì que no quería producir màs desazòn con el pensamiento, fijando mi mente en el tiempo, el calor....
Loa arboles verdes extendian sus ramas, el follaje como largos brazos hacia el cielo.Otros como seres vencidos por las inclemencias de la vida, bajaban la guardia.
Hubo un amago de tenue brisa. Duro pocos segundos.De los poros de mi cuerpo fluìan las toxinas, si es que quedaban algunas despuès de tanta transpiraciòn.
Corriàn las gotas apresuradas a travès de la piel, bañandome desde la cabeza hasta la punta de los pies, en un gesto instintivo acomode mi alocado flequillo y continuè mi derrotero. Ya quedaba menos ¡Gracias a Dios!. Mañana continùo, o tal vez màs tardecito.
Y aquì estoy, todo sigue igual, la sensaciòn térmica es la misma, pero....el hecho de haber dejado la selva de asfalto e ir introducièndome en la zona costera, causaba la impresión de que ingresaba a un mundo distinto.Posiblemente la imagen de la tierra sumergida en el agua del rìo, la tupida arboleda, con tonos de verdes de los màs variados, el canto de las chicharras, el camiòn regador con su conductor, que tuvo la bendita idea de dejar caer el liquido elemento sobre la calle polvorienta, fuè lo que me permitio llegar a destino.
Las piernas me pesaban como si me hubiera colgado, dos bolsas de arena desde la cintura.Me descalce ràpidamente, agarre un vaso de vidrio color verde, grandote, lo llene de agua natural y lentamente lo bebì..Despuès me metì en el agua, bajo la ducha y deje que cayera la lluvia artificial sobre el cuerpo, permitièndo que este disfrutara por largo rato de esa maravillosa sensaciòn refrescante.Salì.El calor del ambiente,lo seco.Sobre la dermis tenuamente, como gasa de algodòn cubrio mi figura una solerita.Acto seguido tome asiento, ubique los lentes sobre el tabique nasal, abrì el cuadernillo y leì tu recuerdo.
Bueno ahì va, este es tu "Hubo un dìa".
...Hubo un dìa, que unos ojos me miraron,
y pude verme en ellos.
...Hubo un dìa, que sentì que realmente
me querias.
...Hubo un dìa, que vì el verdadero
sentido de la visa.
...Hubo un dìa, que sentì la alegrìan de poder
querer sin tiempos...sin medidas.
...Hubo un dìa,en que alguien vino y comprendì
que era el principio de algo ùnico.
...Hubo un dìa, en el que estuve segura
de haber encontrado el amor.
¡Que suerte! ¡Ese dìa es hoy!-
LATIDOS.Por un mundo mejor

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